Érase una vez un reino lejano en el que vivía un buen hombre con una mujer enferma y
una hija. La hija era un poco malcriada, pero los padres no se daban cuenta.
Con el tiempo, la madre murió y el padre prometió a su hija que siempre estarían juntos.
Años después, el padre se volvió a casar con una hermosa mujer que tenia dos hijas que eran un par de angelitos, pero a la hija del buen hombre no le caían bien. El hombre, después de un tiempo,salió a trabajar y murió en un accidente. La pequeña niña se sintió traicionada, pues su padre no cumplió su promesa, ella se quedó a cargo de su madrastra, pero estaba resentida con ella por intentar sustituir a su madre. Las dos hijas de la mujer siempre intentaban acercarse a ella, pero siempre que se acercaban, ella acababa incordiándolas.
Pasaron muchos años, pero la situación de la familia no mejoraba, es más, empeoraba, la joven hija del hombre las molestaba siempre, las hermanas la llamaron Cenicienta, ya que a su madre le molestaba muchísimo la ceniza. Cenicienta obligaba a sus hermanastras a limpiar toda la casa y a su madrastra a recolectar los frutos del jardín y a cocinar y ellas lo hacían pues Cenicienta solía culparlas de la muerte de su padre y ellas se sentían culpables. Las hermanastras y la madrastra de Cenicienta eran hermosas. Lauren, la hermana menor tenía el pelo liso y de un hermoso color rojo fuego, sus ojos, cuales negro azabache, eran hipnotizadores, su piel era de un color tenuemente oliváceo, sus labios eran finos,pero no demasiado, sus rasgos eran finos, pero no muy marcados, era muy tímida, pero cuando se abría era muy tierna y cariñosa. Por otro lado estaba Abigail, la hermana mayor, tenía el cabello completa y absolutamente rizado de color negro, ojos que podían compararse con un par de malaquitas y una piel tan blanca como la nieve,sus labios eran carnosos, sus rasgos eran muy finos y estaban un poco mas acentuados que los de Lauren, era muy alegre y aunque no era muy afectiva, todo el mundo le cogía cariño con facilidad. Finalmente estaba Romilda, su madre, aunque tenía algunas canas su lacio cabello rubio casi blanco las tapaba perfectamente, sus ojos eran como un par de ágatas azules adornadas con unas cuantas arrugas, su piel tan olivácea como Lauren,los mismos labios que su hija menor, en cambio sus rasgos eran como los de Abigail, era muy tranquila y amable con todo el mundo. Cenicienta no encajaba con ellas, su pelo era un nido de paja, el cual peinaba media hora para que quedara decente, sus ojos eran de un color azul normal y corriente,su piel era un color común y sus rasgos eran vulgares, no hace falta decir, que era malvada. Por sentirse inferior no las dejaba usar ropas bonitas, siempre usaba n ropas viejas y rotas.
Todo era normal, hasta que un día, el príncipe decidió hacer un gran baile para elegir la mujer con la que se casaría, invitó a todas las mujeres solteras del reino, y como no, el asunto llegó a la casa de
Cenicienta.
"Toc-toc" llamaron a la puerta, -ya abro yo-dijo Lauren en un tono muy bajo, iba a abrir cuando Cenicienta bajó corriendo -¡Aparta de en medio!-dijo mientras la empujaba, Lauren cayó encima de Abigail haciendo que a ella se le cayera todo el cubo de fregar -Lo siento Abigal, soy muy torpe-se disculpó ella -Tranquila hermana, no ha sido tu culpa que Cenicienta te empujara-contestó la morocha mirando con odio a la pelo-paja que daba saltos con los tacones llenos de barro por el suelo que acababa de fregar .
¿Qué pasa aquí chicas?¿qué tienes en las manos querida?,preguntó tranquila,como siempre, la madre de las hermanas.
-¡Han llegado las invitaciones al baile!-gritó eufórica .
-¿Invitaciones?¿plural?¿también hay para nosotras?-preguntó la ojiverde sorprendida-¿Ah?Eh...si, pero qué pena que tengáis que limpiar toda la casa y cuidar el jardín de los animales toda la noche ¿no?-se burló divertida Cenicienta mientras subía a su cuarto. Abigail estrujaba el trapo mientras que su madre consolaba a su hermana que lloraba -No le voy a dar la satisfacción de quedarme aquí mientras ella va a la fiesta, dijo, mientras volvía a fregar después de abrazar a su hermana .
-Sí pero ¿qué vamos ,"snif snif", a hacer?, dijo Lauren mientras lloraba .
-Mis niñas, nunca le he dicho esto a cenicienta, su padre me dejó una pequeña herencia, dijo cariñosamente la madre -¡Mamá eso es genial¡podemos ir al baile y restregárselo por la cara, dijo emocionada Abigail mientras Lauren asentía -Sí, pero ¿nuestras tareas quién las va a hacer?, preguntó preocupada la pelirroja. Yo las haré mis niñas, y no quiero objeciones.Tomad, id a comprar los vestidos mientras yo entretengo a Cenicienta.
Así pasó, era de noche, y Cenicienta se iba al baile riéndose de ellas, llevaba un vestido azul marino que combinaba con los guantes y la diadema que llevaba junto con unos zapatitos de cristal que parecía iban a reventar, el pelo se lo había recogido en un moño alto, se notaba a kilómetros que iba demasiado maquillada.
Mientras que Cenicienta se iba al baile , Romilda ayudaba a sus hijas a prepararse. Lauren llevaba un vestido color rojo a juego con su pelo, que llevaba suelto, guantes negros y joyas de azabache haciendo resaltar sus ojos negros, llevaba unas bailarinas negras que no se veían con el vestido. Tenía puesto un color de labios rojo y una ligera sombra de ojos color marrón. Abigail llevaba un hermoso vestido negro que resaltaba su blanca piel,su rizado cabello, recogido en un moño alto que dejaba caer varios mechones por sus mejillas,no llevaba guantes pero sí pulseras y un collar de malaquita que destacaban sus ojos verdes con una bailarinas negras, sólo que éstas sí se veían por su altura. Llevaba sombra de ojos negra y rímel y un color negro en sus labios.
Ambas ya listas, se dirigieron al baile.
Una vez en el baile vieron a Cenicienta bailando con el príncipe y decidieron tomar algo, Abigail fue a por las bebidas y cuando volvió vio a su hermana bailando con un chico, los dos completamente rojos. Se río y dejó las bebidas,cuando lo hizo otra mano la tocó y cuando levantó
la mirada, vio un par de piedras de lapislazuli mirándola, se quedó embobada mirando a los ojos de aquel chico igual que él. Cuando reaccionaron ambos, se miraron , Abigail vio a un chico de cabello marrón muy engominado pero que aun así estaba revuelto, de rasgos aristocráticos y piel tan blanca como la suya con unos labios muy finos. -P-Perdón, dijeron a la vez y otra vez juntos se rieron.¿Cual es tu nombre?,volvieron a decir a la vez, él la tendió una mano indicando que empezara ella -Abigail ¿y tú?-preguntó un poco más tranquila -Marcos-contestó él, ¿quieres bailar?, preguntó Marcos. Claro, respondió la morena con una sonrisa. Salieron a la pista de baile y empezaron a bailar un vals, él puso su mano en la cadera de ella y ella su mano en el hombro de él.
-Y dime ¿has venido sola?-preguntó el castaño.-No, con mi hermana pequeña pero ahora está bailando con un joven por allí-dijo, apuntando con la mirada hacia donde estaba su hermana. Oyó que él se reía-¿De qué te ríes?, preguntó la ojiverde. De que está bailando con mi hermano pequeño, respondió. Y ella también se río.
Siguieron bailando y conversando un rato, ella le contó su situación y él se quedó pensativo. Entonces vio que Cenicienta se iba.
-Oh oh...Marcos lo siento pero tengo que irme, dijo ella mientras empezaba a alejarse.
-Espera un momento, ¿nos volveremos a ver?-preguntó el ojiazul. No lo creo,respondió entristecida.
-Entonces...dijo mientras se acercaba a ella y cuando estuvo lo suficientemente cerca la agarró de la cintura y la besó.
Después del beso ella se fue corriendo, cogió a su hermana del brazo y corrieron a casa.
Llegaron antes que Cenicienta y fueron a toda velocidad a cambiarse a sus cuartos. Un rato después Cenicienta llegó y las encontró fregando el suelo. -Oh...¿Seguís despiertas'? ah claro que no habéis terminado vuestras tareas, bueno,espero que terminéis antes de que me despierte porque el príncipe vendrá aquí,dijo mientras pasaba por el lado de la morena y volcaba el cubo en ella-Oh... lo siento, ahora tenéis que volver a empezar jajajaja, reía mientras subía a su cuarto.
La mañana siguiente hablaron de lo que pasó la noche anterior, Lauren contó que el chico con el que bailaba se llamaba Lucas, que no era del país y que le gustaba mucho,se pasó la santa hora hablando del cabello de Lucas, los ojos de Lucas, los labios de Lucas bla bla bla. Abigail también les contó lo sucedido con Marcos y su madre estuvo pidiendo detalles todo el rato. Por la mañana no ocurrió nada pero por la tarde...
"Toc-toc" -Yo voy-dijo Romilda mientras se limpiaba las manos en el delantal.
-Buenas tardes,¿a quién buscas?-preguntó amablemente la rubia.
-Hola ¿están Abigail, Lauren y su madre?-preguntó el joven de ojos azules que Romilda no conocía, pero la morena al oírlo corrió a la puerta ante la atónita mirada de su madre y Cenicienta.
-¿Marcos?¡¿que haces aquí?-preguntó sorprendida la ojiverde.
-Venia a buscaros, ¿queréis venir con mi hermano y conmigo a nuestro país?-preguntó nervioso el castaño. Abigail miró a su hermana y a su madre y ambas asintieron-¡Sí!claro que
queremos, respondió emocionada la morena.
Años después,Abigail y Marcos se casaron al igual que Lucas y Lauren.
Cenicienta acabó sola porque el príncipe nunca fue a buscarla.
Romilda vivió con sus hijas y yernos y comieron perdices y fueron felices.
L.G., 1ºE
Que mierda
ResponderEliminarGroseros sino les gusta no lo lean
EliminarAaaaaa no entendi
EliminarQue mierda
ResponderEliminarQue mierda
ResponderEliminarGroseros si no les gusta no lo lean
EliminarPorque dices que m€erd#
ResponderEliminarExacto por que
Eliminarcabronnnn
EliminarEsto me ayudo mucho gracias
ResponderEliminarSi
Eliminarq mierda chaval
ResponderEliminarGrosero
EliminarGracias me ayudo bastante.
ResponderEliminarmuchas gracias, lo necessitaba un monton
ResponderEliminarme sirvio para mi tarea
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